Decano 2020-2023
| Melquiades Canales
Llegamos al Bicentenario de la independencia del Perú y luego de 200 años seguimos en condiciones más adveras para nuestra población, agravado por la pandemia que se presentó a nivel mundial por el COVID-19.
Esta fecha no se trata de celebración , en tanto que la libertad está restringida, debida a su confinamiento estamos con una vida incierta que abarca a toda la población, nos embarga a todos, nuestro país alcanzó a 200,000 fallecidos, estadísticamente por cada millón de habitantes ocupamos el primer nivel. Actualmente estamos pasando una segunda ola, a la fecha está disminuyendo, de parte del gobierno y de nosotros mismos existe una preocupación de una tercera, cuarta y quinta ola debido a la mutación del virus que se han generado en otros países, como Inglaterra, India, Brasil, y el delta que es más letal según los expertos, incluso se habla de una mutación norteamericana por esta pandemia y ha sobrepasado esta suma por las muertes relacionadas o provocadas por este mal.
El Bicentenario marca dos siglos de oprobio en nuestro país y de procesos que van de crisis en crisis, económica, social y política, con una democracia de precaria formación, una república no constituida, donde los grupos de poder se han enquistado en el gobierno; los primeros años tuvo un corte aristocrático, luego de varios gobiernos en 1968 pudo darse la implementación de la Reforma Agraria con Juan Velasco Alvarado lo que significó un cambio del sistema semifeudal, Se dió el golpe de Estado contra el gobierno de Fernando Belaúnde Terry, cuya pérdida de la pág 11 del Contrato de Laudo y la seudo reforma agraria. Sin embargo después de él se consolidó un sistema capitalista, dominado por grupos financieros económicos, en la década de los 90 del siglo pasado se intensificó la apertura del régimen político neo liberal.
El primer Centenario de nuestra independencia, llegamos con el resquebrajamiento de la República Aristocrática como consecuencia de la guerra con Chile y aparece con mucha más intensidad la corrupción que caracteriza al sistema capitalista neoliberal, política que se va intensificando con el venir de los años. Sin embargo podemos destacar que los últimos años del siglo pasado surgieron muchos intelectuales que se preocuparon en analizar nuestra sociedad buscando alternativas nuevas como: José Carlos Mariátegui, Víctor Raúl Haya de la Torre, Luis Alberto Sánchez, Hildebrando Castro Pozo, Jorge Basadre, Raúl Porras Barrenechea, Pablo Macera, Flores Galindo, Heraclio Bonilla, etc.
A partir de los años 50 del siglo pasado se da un nuevo fenómeno social, debido a la migración del campo a la ciudad como la falta de empleo en el campo, la angustia por mejores ingresos, y nuevas oportunidades, generando la explosión demográfica en las ciudades y el abandono de las comunidades andinas, nativas, la pobreza que asolaba el campo por el cambio climático, las constantes sequías y la producción no alcanzaba para el sustento de las familias, por otro lado se facilitó la migración por el desarrollo de las vías de comunicación, las carreteras, que permitía el traslado de grandes masas de población, donde se da el flujo y reflujo en los distritos y provincias del Perú.
Cabe anotar que, a partir de los años 80 del siglo pasado, por los fenómenos de las luchas internas que se suscitaron por el fenómeno terrorista y la respuesta brutal del Estado en el campo, situación que generó en estos años, se dio una fuerte migración hacia las ciudades, en especial a la capital de la República y otra gran cantidad de población emigró hacia el extranjero.
Estas migraciones a las grandes Metrópolis como la gran Lima, producen un ahogamiento a la ciudad tradicional. Lima cuadrada y sus distritos cercanos, primero se conforman las barriadas, y cuando éstas colapsan, se invaden las zonas aledañas formándose los Asentamientos Humanos, se empiezan a habitar los cerros de la periferia y se crean nuevos distritos, llegando a constituir poblaciones con más de un millón de habitantes como en el caso de San Juan de Lurigancho, y otros se fue formando una ciudad autogestionaria como Villa El Salvador, dando lugar un conjunto de carencias y servicios esenciales ( agua, desagüe, luz, vías de acceso ), generando problemas de salubridad, seguridad y lo peor creándose una gran masa de desocupados.
Actualmente ya casi no queda espacio ni en los cerros. Con la lucha constante por hacerse de una vivienda, se organizaron y desde las bases han forjado estas tierras inhóspitas en viviendas, han planificado buscando el bien común y oportunidades de trabajo en base a las enseñanzas que recibieron en sus comunidades; del apoyo, el trabajo comunal, la participación de todos para auto resolver sus problemas. No existió una planificación del Estado.
En este contexto del Bicentenario tenemos dos realidades distintas que en la práctica hacen dos países, que denomino dos Repúblicas, una de un Perú que está formado por leyes Constitucionales, un Perú oficial o legal que representa a los criollos y mestizos que desde la colonia se han ido enriqueciendo en base a sus privilegios conservados desde la aristocracia y el desconocimiento al resto de los habitantes, pero aprovechando sus recursos y esfuerzos. El otro Perú está conformado por los de abajo, conformado por todas las sangres, los diversos pueblos que lucharon por la independencia del Perú mediante rebeliones, sublevaciones y levantamientos como el de Túpac Amaru II y su esposa Micaela Bastidas y otros.
Resaltamos que en este segundo Perú, las poblaciones marginadas no son reconocidos y no tienen acceso a una economía digna ni a una educación ni a una salud adecuada, todo lo cual ha desnudado como lo muestra con mucha claridad esta pandemia.
En este segundo Perú se encuentran la base del triángulo de los peruanos que tratan de salir de la pobreza con un esfuerzo infinito sin las facilidades legales ni económicas del Estado que los convierte en informales, los margina de sus derechos y no les permite una oportunidad o posibilidad para trabajar formalmente y desenvolverse dentro de la estructura económica del país ni con el apoyo del Estado. Todos los organismos públicos están gobernados por grupos que tienen en el ADN la corrupción en todas sus vertientes.
Finalmente, en la actualidad vivimos un periodo de mucha incertidumbre, habiendo culminado las elecciones y de tener el reconocimiento del JNE y de los vehedores internacionales, no hay tranquilidad debido a la polarización de la población, por el enfrentamiento de dos concepciones muy contradictorios ( la derecha más recalcitrante y una izquierda “radical”) que se enfrentan día a día sin encontrar luz al final del túnel.
Sin embargo existe esperanza para los sectores populares ninguneados, invisivilizados, los ciudadanos de a pie están indignados por tanta marginación y falta de atención en estos 200 años, esperan que el candidato Pedro Castillo Terrones encarne sus demandas y pueda ser capaz de reivindicarlo y desarrollar propuestas que puedan superar no solo la pobreza, sino una alternativa de desarrollo inclusivo y de bienestar con dignidad para todos los Peruanos. Así vemos renacer especialmente a los jóvenes por un futuro mejor. Sin embargo hay una oposición dura de la derecha en el Congreso, inclusivo conformado por fascistas y su prensa parametrada.
En estos avatares de la historia estará la sociedad civil vigilante y con una apuesta bajo el brazo, buscando aportar con este gobierno en bien de esa población, de ese Perú invisibilizado, ninguneado y con grandes posibilidades en su juventud, en sus recursos naturales manejados sin corrupción y sus rentas en crecimiento sin despojo, que podrían generar el buen vivir para todos ellos. En eso está el compromiso del Colegio de Antropólogos de Lima y Callao y nuestros esfuerzos apuntan en esa dirección.
Mes de la patria 2021